jueves, 29 de septiembre de 2016

Diseño y Comunicación: Timbre Conmemorativo

Retomando la definición de Comunicación dada en la entrada Diseño y Comunicación tenemos que: Es el proceso de transmitir ideas o bien símbolos, que tienen el mismo significado para dos o más sujetos los cuales intervienen en una interacción. Si tomamos en cuenta lo anterior, la comunicación en el diseño no puede darse si las personas involucradas (emisor y receptor) no manejan el mismo significado y/o razonamiento de los elementos que interfieren en el diseño.

Por lo anterior, de todos los timbres postales conmemorativos del 31 aniversario del Temblor del 85 que fueron expuestos, selecciono el siguiente:


Éste timbre en particular maneja elementos gráficos sencillos, de buen tamaño, reconocibles y de común entendimiento para la gran mayoría de los espectadores, por lo tanto es el más funcional, pues llega a más más personas. No da pie a confusiones pues se entiende claramente qué está representando. 

Utiliza una tipografía de palo seco que no compite con los elementos visuales y por el contrario, los ayuda a resaltar y complementa su entendimiento. Los colores empleados permiten destacar las formas del fondo y en conjunto con la tipografía, estas dos cualidades remiten a la época de la que se está elaborando el timbre. Además, se recurre a detalles propios de un timbre postal como el precio o el uso de la leyenda "Servicio Postal Mexicano". Todo este conjunto de elementos lo hacen el timbre más completo, el que además de contar con especificidades propias del diseño, está comunicando.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Arte, Diseño y Ciencia

El Diseño, reúne múltiples disciplinas y son parte inherente del mismo, el Arte y la Ciencia. Retoma de éstas, dos ramas fundamentales para su comprensión y apreciación estética (del arte) y el estudio de la sociedad (de la ciencia). Por lo tanto, es prácticamente imposible deslindar Arte-Ciencia-Diseño. 


Cuando contemplamos una obra de arte, automáticamente emitimos juicios de valor, esto igualmente sucede al observar un diseño.Pero, se entiende que son contextos y situaciones diferentes, por lo tanto, aunque el proceso para "evaluar" como espectador es el mismo, no se entienden igual. 



En el Arte, el juicio es subjetivo y el discurso es altamente emotivo (emocional), mientras en el Diseño, siempre se buscan soluciones objetivas que sean comprendidas, aceptadas y captadas por múltiples personas, lo que provoca que el mismo, se produzca y reproduzca, dirigiéndose a una sociedad materialista, de consumo. 



Lo anterior, sin dejar de lado la parte racional del Diseño, cuando interpretamos, pensamos y evaluamos, involucramos el contexto social y la Ciencia, que aunque opuesta al Arte, complementa su comprensión y al hacer uso de esta, "reducimos" la parte emocional del Diseño y nos encontramos en un punto medio (y difícil de equilibrar) entre Arte y Ciencia, pues el Diseño debe ser tanto sensible como útil, emotivo como racional, "artístico" como "lógico".



Entonces, delimitar el Diseño se complica cuando la balanza se desequilibra y se presta a confusiones, pues cuando es más orientado al arte, la parte estética con la que cuenta el diseño lo vuelve aureático y ésta es una característica principal del Arte, lo que lo hace catártico, único y efímero. 



Así, el Diseño se encuentra en un problema de identidad, pues su función principal es comunicar, hacer llegar un mensaje claro y efectivo visualmente, pero esto pasa a segundo plano cuando lo que en realidad sucede es que su valor (más allá de comunicar) se lo proporciona su parte estética, por lo tanto, se juzga como arte y no como diseño.



Dicha confusión hace que diseños se encuentren en museos, pero si somos estrictos con su función y objetivo, es contradictorio, ya que constantemente se busca un resultyado que pueda reproducirse, que sea diferente al arte, pues éste debe ser funcional, no sólo estético o meramente contemplativo.

Arte, Diseño y Ciencia

El Diseño, reúne múltiples disciplinas y son parte inherente del mismo, el Arte y la Ciencia. Retoma de éstas, dos ramas fundamentales para su comprensión y apreciación estética (del arte) y el estudio de la sociedad (de la ciencia). Por lo tanto, es prácticamente imposible deslindar Arte-Ciencia-Diseño. 


Cuando contemplamos una obra de arte, automáticamente emitimos juicios de valor, esto igualmente sucede al observar un diseño.Pero, se entiende que son contextos y situaciones diferentes, por lo tanto, aunque el proceso para "evaluar" como espectador es el mismo, no se entienden igual. 



En el Arte, el juicio es subjetivo y el discurso es altamente emotivo (emocional), mientras en el Diseño, siempre se buscan soluciones objetivas que sean comprendidas, aceptadas y captadas por múltiples personas, lo que provoca que el mismo, se produzca y reproduzca, dirigiéndose a una sociedad materialista, de consumo. 



Lo anterior, sin dejar de lado la parte racional del Diseño, cuando interpretamos, pensamos y evaluamos, involucramos el contexto social y la Ciencia, que aunque opuesta al Arte, complementa su comprensión y al hacer uso de esta, "reducimos" la parte emocional del Diseño y nos encontramos en un punto medio (y difícil de equilibrar) entre Arte y Ciencia, pues el Diseño debe ser tanto sensible como útil, emotivo como racional, "artístico" como "lógico".



Entonces, delimitar el Diseño se complica cuando la balanza se desequilibra y se presta a confusiones, pues cuando es más orientado al arte, la parte estética con la que cuenta el diseño lo vuelve aureático y ésta es una característica principal del Arte, lo que lo hace catártico, único y efímero. 



Así, el Diseño se encuentra en un problema de identidad, pues su función principal es comunicar, hacer llegar un mensaje claro y efectivo visualmente, pero esto pasa a segundo plano cuando lo que en realidad sucede es que su valor (más allá de comunicar) se lo proporciona su parte estética, por lo tanto, se juzga como arte y no como diseño.



Dicha confusión hace que diseños se encuentren en museos, pero si somos estrictos con su función y objetivo, es contradictorio, ya que constantemente se busca un resultyado que pueda reproducirse, que sea diferente al arte, pues éste debe ser funcional, no sólo estético o meramente contemplativo.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Diseño y Comunicación

Por sí sólo, diseñar tiene múltiples dificultades, trabas y complicaciones. Si, además, pretendemos que un diseño comunique, atribuimos una cualidad que inmediatamente lo hace funcional (objetivo del Diseño). Pero si el receptor no comparte el mismo código en el mensaje ni percibe los objetos, las formas, los colores, etc., de la misma manera que un Diseñador… ¿Cómo van a percibir el mensaje si las visiones son diferentes? ¿Qué conocimientos podrían aplicar los receptores para emitir un juicio de valor? ¿Cómo lograr una buena y efectiva comunicación de aquello que se pretende?

Los receptores emiten fácilmente juicios como “me gusta”, “está padre”, “qué bonito” y comprenden que los elementos utilizados de una u otra forma tienen armonía. Por lo tanto, el problema no es el diseño en sí, sino que éste represente lo que realmente busca el diseñador y no dé pauta a malinterpretaciones, o sea, una mala o nula comunicación.

Una definición de Comunicación nos dice: La comunicación es el proceso de transmitir ideas o bien símbolos, que tienen el mismo significado para dos o más sujetos los cuales intervienen en una interacción. Si tomamos en cuenta lo anterior, la comunicación en el diseño no puede darse si las personas involucradas (emisor y receptor) no manejan el mismo significado y/o razonamiento de los elementos que interfieren en el diseño.

O sea, el usuario o cliente no comprende ni conoce las categorías que se emplean en un trabajo de diseño; su acercamiento es superficial y esto lo hace valorar errónea y subjetivamente. Por eso, la comunicación es “mala” en el sentido de que el receptor no conoce los motivos del diseño, porque los códigos del mensaje no son igualmente interpretados pero finalmente le sirve, lo acepta y lo consume.

Por lo tanto, los diseñadores en el sentido estricto del término comunicar simplemente lograrían hacerlo con los mismos diseñadores, y el “cliente”, siempre concebido como externo o ajeno al diseño: en realidad no lo es, pues también son diseñadores los que consumen diseño, porque lo conocen y lo aprecian.

Desafortunadamente, la estrecha relación entre diseño y arte estereotipa al diseñador en un rol de dibujante o artista, más no de ejecutivo o empresario. Es también por este motivo que la interacción con el cliente se vuelve más difícil, pues su propuesta se queda meramente en lo gráfico, lo visual y creativo. Al contrario, un mercadólogo (que tiene un enfoque completamente dirigido a ventas y a pesar de su mínimo conocimiento en la materia) también es capaz de ofrecer soluciones de diseño con el plus de que éstas aporten, además, valor económico, lo que hace de su propuesta una mejor opción; para cualquier cliente es mucho más importante generar (económicamente hablando) que comunicar a través del diseño.

En conclusión, el papel del diseñador en la actualidad se vuelve cada vez más complejo. No sólo debe realizar su actividad primordial (diseñar) que por sí sola ya es suficientemente complicada. Además, su trabajo debe ser comunicacional, debe lograr que el cliente (cualquiera que sea) entienda el mensaje claramente y sin ambigüedad alguna. Y también fungir como empresario, pensar que lo diseñado sea (además de atractivo) redituable e innovador.